[Tal noche como la de hoy, hace doce años…]
Un beso que valga la pena
no se da,
no se pide,
no se desea ni se espera,
no se entrega ni se roba.
En un beso que valga la pena
se cae,
sin más,
y luego ya no hay remedio.
*
Suenan
los Doors
y el humo
se anuda
en el techo
a una lámpara
de color
rojo pecado.
Aletean
tus pestañas
de terciopelo,
como el batir
de las alas
de un dragón,
y una luna
mordida
sonríe
desde el gato
azul
de tus pupilas.
Qué alquimia,
qué magia
en estado
salvaje
convirtió
todo esto
en un beso.
[Para Cris, siempre]